La mayoría de las veces, los partidos de pádel de competición van bien, pero a veces te encuentras con un oponente cuyo comportamiento te molesta, ya sea intencionadamente o no.
Estos son mis consejos para afrontar lo mejor posible los partidos contra rivales desagradables.
Reacciones comunes
La mayoría de las veces, cuando te encuentras con un oponente que se comporta de forma desagradable, que intenta distraerte a propósito o que es verbalmente agresivo, tienes dos opciones para reaccionar: tiráis el partido porque estáis al límite o te motivas aún más para no perder el partido contra este oponente.
Tirar el juego se siente bien en el momento, pero a menudo deja espacio para la amargura y la decepción.
A veces incluso querrás abandonar la competición.
Lo ideal es conseguir tener la segunda reacción; hay que conseguir luchar incluso cuando la actitud de los adversarios no se corresponde con la idea de un buen espíritu competitivo.
Los malos jugadores son parte de la competición
Cuando se compite con un estado de ánimo sano, sin ver al adversario como un enemigo, se puede tender a creer que todos los demás hacen lo mismo, y eso es un error.
Independientemente del nivel de juego o de la edad de nuestros adversarios, no podemos esperar que tenga un estado de ánimo relajado y positivo hacia la competición.
En los partidos de competición a nivel amateur no hay nada en juego, pero la mayoría de las veces lo que está en juego es otro nivel: lo que está en juego es la autoestima, el ego, el orgullo de los jugadores, y esto puede suponer una gran presión para ellos.
Podría pensarse que los jugadores mayores han superado estas preocupaciones, pero no es así en absoluto; muchos jugadores utilizan los partidos de pádel para demostrar su valía, independientemente de su edad.
Así que mi primer consejo es considerar que los malos jugadores, los tramposos y los jugadores problemáticos forman parte de la competición, en todos los niveles de juego.
Desde el momento en que decides competir, tienes que esperar encontrarte con este tipo de jugadores de vez en cuando.
No caigas en la actitud de que eres víctima de un mal jugador y que es una especie de injusticia si no puedes jugar.
Considera que depende de ti encontrar soluciones para reaccionar lo mejor posible en estas situaciones, esta es la mejor actitud que debes adoptar para ganar el partido.
No seas demasiado amable
En la competición, no conoces el estado de ánimo de tu oponente.
No hay que ser demasiado desconfiado, pero también hay que tener cuidado de no ser demasiado amable.
A medida que avanza el partido, descubrirás a tu oponente y sus reacciones, sobre todo en caso de disputas por determinados fallos de la pelota.
Por lo tanto, poco a poco sabrás con quién te enfrentas y si estás jugando contra alguien que tiene la misma mentalidad que tú.
Cómo reaccionar en caso de problema
Si hay un problema (falta de respeto, trampas, falta de concentración deliberada, etc.), hay varias reacciones posibles.
Sin atreverse a reaccionar
Por timidez o porque se sienten impresionados por su oponente, algunos jugadores no se atreven a imponerse en caso de conflicto.
El adversario continuará con la misma actitud hasta el final del partido, mientras que el otro jugador estará hirviendo por dentro sin atreverse a reaccionar.
Enfadarse
La reacción contraria es perder los nervios y entrar en un verdadero conflicto con el adversario.
De vez en cuando, vemos a los jugadores enzarzarse en una auténtica pelea en el campo.
Una buena pelea puede arreglar las cosas, pero no está garantizado que dure todo el partido y no es fácil volver a la calma y la concentración después de enfadarse con alguien.
Hazte valer con calma, educación y firmeza
Entre las dos reacciones extremas, ésta es la que le aconsejo que adopte.
Si hay un problema, no esperes, no te hiervas por dentro, intervén.
Hable con su oponente y explíquele con calma, con educación pero con firmeza lo que piensa.
Así tendrás el placer de haber dicho lo que piensas y habrás hecho algo para cambiar la situación.
Es muy importante mantener la calma y la cortesía para que su intervención tenga impacto.
Habrás hecho lo que tenías que hacer y no tendrás nada que reprocharte.
Pide a los organizadores que intervengan si es necesario
Contra muchos oponentes, una aclaración tranquila pero firme puede ayudar a mejorar las cosas.
Si esto no funciona y tu oponente sigue teniendo una actitud que no te permite concentrarte con normalidad, no dudes en pedir al árbitro de la competición que intervenga.
En la competición, existe un código de conducta que todos los jugadores deben respetar o enfrentarse a sanciones.
Puedes recordárselo a tu oponente y decirle que pedirás al árbitro que intervenga si no cambia de actitud.
No te preocupes demasiado.
Si haces poca o ninguna competición y te estás planteando hacerlo, no te preocupes demasiado, la mayoría de los partidos van bien.
Es posible que haya algunas disputas por algunas pelotas, pero esto es perfectamente normal, ya que en el pádel amateur no hay árbitros.
En el 99% de los casos, los partidos se desarrollan sin problemas y los jugadores se toman una copa juntos al final del partido.